sábado, 16 de enero de 2016

Guerra contra el narcotráfico en México

Guerra contra el narcortrafico en México 




La guerra contra el narcotráfico es un conflicto armado interno librado en México que enfrenta al Estado mexicano y los Grupos de Autodefensa Popular y Comunitaria contra los cárteles que controlan diversas actividades ilegales, principalmente el tráfico ilegal de drogas. Esta situación comenzó el 11 de diciembre de 2006, cuando el gobierno federal anunció un operativo contra el crimen organizado en el estado de Michoacán, donde a lo largo de 2006 se habían contabilizado cerca de 500 asesinatos entre miembros de los cárteles del narcotráfico (véase ,Cronología de la guerra contra el narcotráfico en México). Para enfrentarlos, el gobierno mexicano ha privilegiado el uso de las fuerzas armadas. Desde el inicio del conflicto se ha movilizado a la Policía Federal en compañía de los cuerpos de seguridad de cada entidad federativa y de diversos municipios. A ellos se han sumado el Ejército y la Marina.


De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública federal, hasta marzo de 2010 se había detenido a 121.199 personas a las cuales se ha vinculado con grupos del crimen organizado. Los grupos más afectados por las detenciones son los cárteles del Golfo y Los Zetas. Muchos de los detenidos no han recibido sentencia aún. Algunas de las aprehensiones y abatimientos más notables son las de Édgar Valdez Villarreal, José de Jesús Méndez Vargas alias "El Chango" y Heriberto Lazcano Lazcano.
Entre diciembre de 2006 y enero de 2012 se estima que han muerto alrededor de 60.000 personas mediante ejecuciones, enfrentamientos entre bandas rivales y agresiones a la autoridad. Este número de víctimas engloba a narcotraficantes, efectivos de los cuerpos de seguridad y civiles. Entre los civiles se encuentran periodistas, defensores de los derechos humanos y personas sin identidad o no identificadas que son ejecutadas por los carteles). Otras estimaciones llegan a contabilizar hasta 150 mil muertos. Entre los narcotraficantes fallecidos en operaciones realizadas por las fuerzas del gobierno se encuentran Arturo Beltrán Leyva, Ignacio Coronel Villarreal, Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén y Nazario Moreno. Se desconoce con precisión el número de asesinatos de personas sin relación con actividades delictivas (que son llamadas “daños colaterales” por el gobierno , los cuales han sido denunciados por diversas organizaciones.
En diversos sectores del país se ha observado un incremento en los indicadores de incidencia del delito. Juárez se ha convertido en la ciudad más insegura del mundo, donde se cometieron más asesinatos que en todo el territorio de Afganistánen el año 2009. Paradójicamente, dicha ciudad fronteriza es uno de los puntos que ha recibido un mayor número de efectivos de seguridad.
Antecedentes del narcotráfico en México
En 1984, gracias a la participación del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, el ejército mexicano llegó al rancho El Búfalo, ubicado en Chihuahua y en el que estaban implicados Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo. El ejército destruyó alrededor de 6 mil toneladas de marihuana. Este acontecimiento dio como resultado que el narcotráfico en México se dividiera, ya que antiguamente era Miguel Ángel Félix quien controlaba el negocio de la cocaína en México
Caro Quintero y Miguel Ángel Félix, indignados por el operativo, ordenaron el secuestro y muerte de Enrique Camarena.
Las confrontaciones entre cárteles rivales empezaron de lleno después del arresto de Miguel Ángel Félix Gallardo en 1989, quien aun controlaba el negocio de la cocaína. A esto se le suma la aparición de los zetas en 1999, quienes trabajaban para el cartel del golfo. Dicho cuerpo de carácter paramilitar, en aquellos días evolucionó la forma de operar de los carteles, optando por la intimidación y la extorsión para hacerse con plazas ajenas aún sin conocimiento del CDG, tomando violentamente estados como Michoacán y Tamaulipas.

Si bien las organizaciones ilícitas de tráfico de drogas existieron desde décadas atrás en México (véase Historia del narcotráfico en México), fue en los años 1990 cuando cobraron importancia debido al cese de operaciones de los cártelescolombianos de Cali y Medellín. Los cárteles mexicanos dominan actualmente la totalidad del mercado de drogas en Estados Unidos. Los arrestos de algunos líderes importantes de los cárteles particularmente de los de Tijuana y del Golfo, y la gran militarización del territorio mexicano han provocado una respuesta violenta por parte de las organizaciones criminales. Hasta 2012 se reportaron alrededor de 60.000 asesinatos ocasionadas por la guerra contra el narco, de los cuales un número importante corresponde a los asesinatos cometidos en Juárez (Chihuahua). La estadística incluye .además de las bajas de los cuerpos armados federales y de las bandas de narcotraficantes, a civiles sin nexos con el narcotráfico, jóvenes, niños y periodistas. Más aún, estas estadísticas indican una tendencia a favor del cártel de Sinaloa, pues las incursiones a sus territorios han sido contadas, así como los golpes, y sobre todo los sicarios pertenecientes a este cártel que han sido detenidos, y en donde una gran mayoría vuelven a ser puestos en libertad.

La estrategia adoptada por el gobierno mexicano contra el crimen organizado ha tenido detractores. Numerosas organizaciones civiles han reclamado que la presencia del Ejército en las calles ha coincidido con un aumento en el número de violaciones a los derechos humanos; al tiempo que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha alertado sobre el aumento de quejas recibidas por esta cuestión.
Según declaró la ex Secretaria de Estado de los Estados Unidos Hillary Clinton la situación de orden público y violencia en México es similar a la vivida el Colombia entre los años de 1984 y 1993 cuando el Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar sembraron el terror y la violencia en todo el país con el objeto de evitar la extradición a los Estados Unidos.
No obstante, a pesar de las acusaciones, otros expertos han señalado que la percepción de los mexicanos hacia las Fuerzas Armadas aún se encuentra en buena posición y tiene un respaldo mayoritario, especialmente en las ciudades donde el conflicto contra el crimen organizado prevalece.

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